miércoles, diciembre 26, 2007

Día 136, miércoles

Hubo un asesinato en mi baño. Me estaba lavando las manos y al secarmelas lo vi deslizarse por el secador. Cuando lo abordé, se abalanzó sobre mí dando vueltas en el aire como si hubiera dado un salto mortal. Una vez en el piso acabé con él. Su sangre y sus tripas eran negras y viscosas. Debo admitir que me sentí bien de haberlo hecho. Pero tras su muerte una pregunta vino a mi cabeza. ¿No habrían más de su clase?